Nadie desarrolla una peli con la mentalidad de crear un culto a su alrededor. Un fandom, sí, por supuesto, cuantos más fans disfrutones, mejor. Pero un culto, ya es harina de otro costal.
Pero ¿qué es una peli de culto? ¿Es un film independiente de bajo presupuesto? ¿Es una insignia honorífica acreditativa de que tu producción es más cool que las demás? ¿Es la generación de una religión en torno a un producto de ficción? Nada más lejos de la realidad.
Lo que sí es cierto es que la acepción “culto” dice más de su público que de la película en sí misma.
La cruda realidad es que el término “película de culto” lleva años utilizándose malamente por profesionales y admiradores del cine.
Cierto color, cierta aura lamentista y la personalidad de ciertos directores se han relacionado siempre con el término “culto”, cuando en realidad deberían haberlo hecho con otras terminologías y argumentaciones tales como “personal”, “independiente” e incluso, “rompemoldes” o “diferente”.
Ahora que ya sabemos lo que no es un film de culto, pasemos a hablar de lo que convierte verdaderamente a una cinta en un fenómeno digno de tal denominación. Y qué mejor que hacerlo de la mano del largometraje primigenio de culto por excelencia. Hablamos de The Rocky Horror Picture Show (1975).
Un desfasado musical de terror que parecía estar condenado al ostracismo fílmico desde el comienzo de su desarrollo pero que, fruto de algún extraño milagro, se ha convertido en un faro en constante iluminación para los misfits y los inadaptados de todo el globo terráqueo. Lo que nos conduce a la primera clave generadora de una obra de culto
Claves de una película de culto
La cultura alternativa, desarrollada al margen de los medios generalistas, con su enorme carga anticonformista y su capacidad subversiva, conforma una resistencia artística con la capacidad de transformar la cultura dominante. En el caso de Rocky, la cinta toma esta forma de punk rock, con la constatación del punk como patrón ideológico juvenil de la época, valiéndose del glam como expresión estética de tal transgresión y del camp como aproximación humorística a las complejidades de la sociedad.
Como si de un colmo del arte subterráneo se tratase, a esto hay que añadirle que la cinta es una adaptación de una extraña, estrafalaria y pseudoerótica producción teatral londinense de escaso presupuesto, mucho más cercana a un improvisado espectáculo de variedades que al típico ideal shakesperiano al que nos tienen acostumbrados los británicos. Por aquel entonces, el espectáculo ya se había granjeado un fervoroso público, con muchísimas ganas de disfrutar de un buen cachondeo y unas risas aseguradas todos los fines de semana.
La segunda clave para que una obra entre en el Museo de la Fama del culto es que, tras su exhibición en cines, esta sea absolutamente destrozada por la crítica especializada. Cuanto más pisoteada, denigrada e incomprendida por esos grandes, mejor. Si dicen que tu peli huele mal, que haría levantarse de la tumba a Orson Welles, que tu pieza es de un extraordinario mal gusto, o que se han visto obligados a salir de la sala a mitad de la proyección, ahí es, amiga. Ese es el buen camino al culto.
Lo que nos conduce a la tercera clave del éxito culto:
Socavar las ideas de una sociedad, generar acalorados debates y toparse con una durísima oposición por parte de cierto segmento de la población y la crítica cinematográfica es el pan de cada día para una buena pieza de culto.
Si la polémica alcanza cotas desorbitadas de odio, la peli tendrá la suerte de que la aversión que despierta se transforme en un drama generacional, en el que la animadversión se mantiene vivita y coleando por mucho que el tiempo avance. Años, bienios, trienios, décadas. ¿Qué poder tiene su paso ante una película que detestas? Ninguno. A mí sigue sin gustarme La Máscara 2 . Pues a ellos cierta peli, tampoco. Cada tipo de arte va en contra de ciertos principios ideológicos. No es necesario irse muy lejos para toparse con ese modelo de ataques sin fundamento. Te sonará, por ejemplo, la hipocresía de los haters de Almodóvar. ¿Importa mucho ahora que se ha comido el mundo? No, pero a sus “enemigos” les encanta su ocupación de siervos del hate.
Repasemos un poco. ¿Un producto underground, con malas críticas y rodeado de polémica? Mmmm ¿cómo podría esto afectar todavía más negativamente a la exhibición de la cinta. Pues, en el caso de The Rocky Horror Picture Show esto supone naufragar en taquilla. Obtenemos así, la cuarta característica de todo buen clásico de culto.
Continuamos con el salseo cinematográfico. Resulta que aquellos productores que no tenían muy claro qué hacer con el producto underground final que habían encargado ahora tenían razones de sobra para enterrar su equivocadamente considerado “fallado proyecto” en la bóveda más oscura, oculta y claustrofóbica que te puedas echar a la cara, con la esperanza de que sus trajeados superiores no les echasen a los leones por invertir descuidadamente sus amados billetes.
La cosa es que…una vez que alguien se expone a la buena onda que transpira la película y, en particular, al carisma y estilazo de un genial Tim Curry estos resultan prácticamente imposible de olvidar. Así, su condena al ostracismo, lejos de apagar su luz, consiguió todo lo contrario.
Cierto tipo de público exigía el visionado de la cinta. Excursiones hasta el único cine de todo el mundo en que estaba expuesta se llevaban a cabo semanalmente, fletando autobuses desde todas partes, para poder ver esa obra que despertaba interés precisamente por lo duramente que había sido criticada.
Este éxito moderado pero continuado provocó que cines de otras ciudades acabasen por alquilar también la cinta para pasarla en sus salas. Unos pases desplegados a medianoche que, al igual que el primero, se llenaron de ávidos espectadores, deseosos de visionar algo innovador, que rompía con las convenciones clásicas del medio. Y que, por supuesto, acabaron por convertirse en nuevos puntos de peregrinaje. Y así sucesivamente, poco a poco, de forma escalada pero continua el show de Rocky alcanzó el estatus de éxito comercial. Algo que se vio reflejado en los altos números que consiguió cuando el producto se acercó al público mayoritario en formato vídeo para su alquiler o venta.
Por último, si algo caracteriza específicamente un film de culto es que nunca envejece. Existen los clásicos y los grandes clásicos. La diferencia entre los primeros y los segundos es su atemporalidad. Sus historias los convierten en narraciones populares para todas las generaciones venideras. Nunca pierden por el camino su conexión con el público.
Rocky Horror posee el récord a este respecto pues cuenta con una dedicadísima base de fans que no deja de renovarse.
Lo más curioso es que sus seguidores no se conforman con ver una buena peli, no. Durante todas y cada una de las proyecciones de la cinta la participación activa no solo es recomendada, sino requerida. Algunas de las actividades que se han convertido ya en rituales durante la exhibición de la película son:
Disfrazarse de tu personaje favorito
Salir a bailar y cantar delante de la pantalla en mitad de los números musicales ante toda una audiencia que te apoyará siempre, por mal que lo hagas.
Lanzar palomitas a la pantalla
Protegerse con un periódico sobre la cabeza cuando llueve en la película
Increpar a los personajes que aparecen en pantalla
Jugar a pasarse rollos de papel higiénico entre las filas del teatro
Por si te lo preguntabas, aquel primer cine que le dio una oportunidad al filme, continúa a día de hoy exhibiendo The Rocky Horror Picture Show. Esta moderna Meca del cine de culto ( Waverly Theatre en Nueva York) recibe miles de visitas anualmente de cinéfilos, dando la bienvenida a “marginados” y “raritos” de todo el mundo, porque el legado de The Rocky Horror es una disidente utopía sintética, capaz de aunar personalidades y romper fronteras en sesiones de una hora y media. Pura ambiciosa, viciosa y demencial magia.
No pierdas la oportunidad de pasarte por una proyección de la cinta. El camp no se explica, el camp se siente. ¡Viva el Doctor Frank-N-Furter!
Consultados:
https://rockyhorror.fandom.com/wiki/The_Rocky_Horror_Picture_Show
https://www.infobae.com/teleshow/2021/09/23/sexo-locura-y-rock-en-un-filme-de-culto-que-lleva-46-anos-en-cartel-the-rocky-horror-picture-show/
https://lamenteesmaravillosa.com/the-rocky-horror-picture-show-revolucion-liberacion-sexual/
https://cinemasaturno.com/resenas/retro/resena-de-el-show-de-terror-de-rocky/