La importancia del color rojo en Matrix
Matrix (1999) relata cómo una realidad simulada denominada matriz, es usada por las máquinas, quienes cosechan humanos como baterías de energía. Para mantener a los humanos dentro de la simulación, se juega con la percepción. Han creado así una especie de sueño en que las personas pueden interactuar sin ser verdaderamente conscientes de ello.
Los colores utilizados en esta producción sirven, en un primer lugar, (la más primordial) para ayudar a especificar su ambientación. Nos sumergen así, en universos únicos y, en ausencia de su perfecto control tonal, inimaginables.
Para empezar, sirve como separación de las dos realidades entre las que se mueven los personajes de la película.
De esta forma, el mundo simulado aparece plagado de tonos y elementos verdosos, que dan una clara idea de artificialidad y, a la par, de decadencia. Se trata de unos tonos desprovistos de vida. Todas las escenas que se desarrollan dentro de la “matriz” digital cuentan con cierto tipo de verde habitualmente asociado a la labor de codificación informática, ya que es el mismo en que solían mostrarse los caracteres en el Terminal en los antiguos pcs.
La cosa llega tan lejos que a ratos el filtro verde se siente como si estuviéramos viendo todo en uno de esos monitores clásicos. La ya mencionada degeneración de este “sistema” informático se ve reflejada en unos verdes pertenecientes a la misma paleta de color pero más cercanos al gris aunque también prácticamente amarillentos y dramáticos, dejando ver el estado “enfermo” en que se encuentra dicho mundo al hallarse controlado por maléficas fuerzas mecánicas.
Mientras que, por la contra, en el mundo real ese verde es reemplazado por colores de aspecto frío y azulado. Son estos más naturales por su tonos incluso menos saturados que acentúan la desmoralización de lo poco que queda de vida en el futuro. El mal llamado “sueño” se muestra como una verdadera pesadilla, super realista porque, bueno, es REAL. Procura una atmósfera fría y oscura. Una noche que nunca termina quer se presenta decadente y monolítica.
A pesar de esta clara diferenciación tonal, podemos decir sin demasiadas dudas que, en su mayor parte, Matrix juega con una composición análoga de colores, donde la diferenciación tonal funciona como una especie de conexión o puente entre los sentimientos y emociones de los personajes contenidos en el encuadre de la pantalla y también delimitados en según qué realidad. El predominio del verde y sus diferentes versiones es indiscutible.
En una de las escenas más populares del largometraje, el personaje de Morfeo, le da a Neo, (todavía Señor Anderson), la posibilidad de realizar una importantísima elección: consumir la pastilla azul o engullir la pastilla roja. Si elige la primera, esta especie de espacio onírico que es la realidad se disipará para siempre. Si, por el contrario, escoge la segunda, promete enseñarle lo profunda que puede llegar a ser la mentira en que viven todos los humanos.
Atendiendo a los colores, podemos hablar de una elección todavía más profunda: el azul implica serenidad, aceptación de la frialdad de la realidad como propia, ignorar los problemas y, con ello, su naturaleza humana individual. A cambio, el hecho de que la pastilla contraria sea roja, implica aceptar todo aquello que es verdaderamente humano, emocional y dinámico. Aquello que es azul, como buen color frío, contraerá su mundo conocido, mientras que aquello que se presenta como rojo, expandirá su mundo conocido, con todo lo que tal decisión conlleva a sus espaldas. Se trata de complementarios que, por pura definición, se complementan por oposición del uno contra el otro.
Una vez que Neo (Keanu Reeves) despierta definitivamente de la mentira en que estaba viviendo, el color rojo le rodea y persigue en múltiples formas y sentidos, todos ellos ejemplos de la naturaleza humana y animal de las personas. El rango va desde los sentimientos más positivos a las emociones más crueles y amorales. Veamos algunos ejemplos:
La fervorosa devoción de Morfeo (Lawrence Fishburne) hacia lo que él mismo denomina “el elegido” provoca que los sillones en que se sienta durante su primer encuentro con Neo tengan tonalidades rojizas. Representan muchas cosas, la más importante de ellas, la fe sentida por Morfeo quien, por fin, está conociendo a la persona que, de acuerdo a él, devolverá la esperanza a la humanidad. En otras palabras, son una muestra de absoluta fe, sentimiento humano donde los haya.
La mujer de rojo, personaje creado por Ratón como una belleza idealizada dentro del Constructo de entrenamiento, como su propio nombre indica, va vestida completamente de rojo. Indica así deseo y pasión, otras dos emociones humanas a más no poder.
Durante la escena de la discoteca en la que Neo, cual Alicia, debe seguir al conejo hasta dar con Trinity (Carrie-Anne Moss), ambos personajes sienten una atracción instantánea el uno por el otro. Puede percibirse en sus labios rosados/rojizos. Así es como el amor hace su aparición en la cinta.
El amor vuelve a copar la pantalla en una escena hacia el final del film, cuando Trinity se declara ante un abatido Neo para después besarle. Instante en que chispas doradas saltan de los rotos circuitos de la nave; circuitos estos conectados a la maquinaria mediante montones de cableado rojo.
La visita al Oráculo es, en general, muy interesante a nivel de colorido. Este ser habita dentro de la Matrix pero se nos muestra que es alguien en quien podemos confiar pues está rodeada por un halo de tonos amarillos que dan paz y calidez a la escena que tiene lugar en el interior de su cocina. En cuanto al rojo, (color que ahora nos ocupa) sus muebles tienen claramente ese tono. Pero es que, si nos fijamos bien, podemos ver que ese es precisamente el color de la montura de sus gafas. Lo que implica que estamos ante una “máquina” sintiente que ve las cosas desde un punto de vista más cercano al humano, o por lo menos que intenta favorecer a este bando en su guerra contra el absolutismo tecnológico. Aquí el rojo posee un carácter ciertamente positivo, implicando sentimiento de empatía y, por qué no, amor al prójimo.
Todo lo contrario de las implicaciones que tiene el mismo color en las ocasiones en que este aparece interrelacionado con el personaje de Cypher (Joe Pantoliano) quien, en el mundo real, porta a veces un chaleco rojo sobre su torso. Este Judas futurista comete traición precisamente porque es humano, y la esencia humana también es, en muchas ocasiones dubitativa, cruel, despiadada y egoísta.
Que este es su caso queda todavía más patente durante la escena en que éste personaje se reúne con el Señor Smith (Hugo Weaving) y el resto de Centinelas en un restaurante dentro de la “matriz”. Allí disfruta de un solomillo carnoso, sangrante y rojizo, marinándolo con una copa de vino tinto. Todos ellos datos que nos informan visualmente de lo fundamentalmente humana que es su elección: vender a sus amigos y compañeros a cambio de su propio beneficio, siendo reinsertado a cambio en el sistema. Un poco más avanzada la cinta, descubriremos que Matrix en un principio se creó como un medio ideal para hacer felices para siempre a los humanos, eliminando el sufrimiento totalmente de sus vidas. Sin embargo, pronto se descubrió que la deprecación y la depravación eran necesarias para que los humanos realmente se sintieran felices. En otras palabras, la libertad moral, con todo lo que ello acarrea, si se acepta, ha de hacerse con todas las consecuencias, incluyendo si esta conlleva actos tan horribles como los cometidos por el propio Cypher. Se podría decir que él es el más primitivo y animal de todos los personajes. Su amoralidad es también típica de la naturaleza humana y así hay que aceptarlo.
También son rojas (magenta) las vainas en que están atrapados los humanos en los campos de baterías. Una representación del rojo como fluidos necesarios para mantener lo verdaderamente humano. El nacimiento es algo muy animal y humano, típicamente mamífero, todo lo contrario a las máquinas que vemos rodeando a las baterías humanas que trabajan afanosamente a su alrededor en una atmósfera fría y metálica.
Pero cuidado, el rojo también tiene sus momentáneas apariciones durante entrenamientos, así como durante las intervenciones del equipo rebelde en la matriz, donde el color brota como prohibición en semáforos y como aviso de peligrosidad en puertas de seguridad. Lo pasional y lo humano en el mundo falso se intentan relacionar con lo negativo y lo peligroso para mantenerlos así alejados de las mentes de los habitantes forzosos de este sistema informático.
Por último, queda mencionar que los personajes humanos vierten sangre oscura cada vez que sufren una conmoción, golpe o disparo. Lo hacen tanto en el mundo real como en el falso.
Hemos hablado antes del amarillo como un color que aparecía para dar confianza durante la escena del Oráculo. No obstante, no se trata del único instante en que este color hace su aparición. También tiene tonos amarillentos la secuencia de lucha en la que Morfeo muestra a Neo cómo pelear. ¿Por qué aparece aquí esta tonalidad? Para diferenciar el Constructo, un espacio seguro creado por los humanos para aprender a enfrentarse a la Matrix, tanto del mundo real como del mundo falso.
Como detalle, añadir que el amarillo es archiconocido como un elemento clave de la decoración iconoclasta religiosa. Como el elegido que resulta ser, Neo está rodeado de un halo amarillo dibujado en como un cerco en la pared, en el momento (mencionado unas líneas más arriba) en que Trinity interactúa con él por primera vez. Tiene sentido esto dentro de la trama pues ella sabe que el Elegido será aquel del que ella se enamore. Cosa que está sucediendo en el mismo instante al que nos referimos.
El tema del color puede trasladarse también al vestuario de los personajes. Merece un hincapié especial la selección de ropajes hecha para Neo, el protagonista. Al ser Matrix una película de ciencia-ficción el homenaje a Luke Skywalker, personaje principal de la saga Star Wars, parece casi evidente. En el caso de la trilogía setentera, sabemos que George Lucas pasó de vestir a Luke en tonos claros al comienzo de la primera cinta, a ataviarlo de puro negro en las escenas finales del último largometraje, con la intención de sembrar la duda y jugar con las expectativas del público, haciéndole creer que el joven acabará pasándose al lado oscuro. Por su lado, las Wachowski, en Matrix, hacen a Neo aparecer vestido de color blanco durante su “enfrentamiento” con Morfeo, acaba por engalanarse con ropajes negros, que contrasta completamente con el blanco impoluto que supone el vacío espacial sobre el que está construida la matriz. Se le dota así de una personalidad completamente opuesta a aquello contra lo que lucha.
Como se puede comprobar, el carácter simbolista del color en esta cinta es, sin duda, fascinante. Cuenta con un diseño y un estilo visuales únicos que provocan gran deleite durante su visionado, no importa cuán alto sea el número de veces que la hayas visto.