Reseña: Encadenados (1946) de Alfred Hitchcock

Resumen de Encadenados (1946) / Notorious (1946)

Alicia, una joven it girl miembro de la jet set germano-americana, ve su vida sumida en un mundo de espionaje el día en que su padre es condenado a muerte por su participación en crímenes a favor del nazismo. 

Solo unos meses después del fin declarado de la II Guerra Mundial, los intentos de levantar de nuevo el movimiento alemán continúan en la sombra en otros países. Como no podía ser de otra manera, también prosigue su persecución por parte de las autoridades. Alicia, que ha sufrido espionaje en su propia persona, es reclutada por el servicio secreto estadounidense para infiltrarse en el núcleo criminal que opera en Río de Janeiro. 

Viaja hasta allí con un agente llamado Devlin, con quien pronto inicia un romance. Lamentablemente, lo que Inteligencia espera es que ella se gane la confianza de Alex Sebastian, antiguo conocido interesado en casarse con ella. Devlin, hombre regio, antiguo y orgulloso, no declara su amor por Alicia, lo que empuja a la indecisa joven a hacer lo que se exigen de ella. 

(ALERTA SPOILERS)

La muchacha cumple su trabajo a rajatabla. Por supuesto, siempre bajo la atenta y celosa mirada de Devlin, quien la apoya desde una distancia prudencial que ante el nuevo marido de Alicia disfrazan de poco más que colegueo. 

Las pesquisas de la joven pronto dan su fruto, descubriendo que la bodega de Alex esconde uranio. Lamentablemente, a la par que la pareja hace este importante hallazgo, su verdadera identidad es destapada por Sebastian. Éste, junto a su madre, urde un plan para deshacerse sucintamente de Alicia. Consiste en envenenarla poco a poco, debilitándola ante amigos y enemigos, haciendo que parezca que sufre una enfermedad letal. 

Devlin, viendo que Alicia deja de hacer contacto, acude preocupado a la mansión de Sebastian. Allí descubre la inquietante argucia, lo que conduce al ansiado clímax final. Y posteriormente a un final abierto a la interpretación de cada cual. Nunca sabremos si Sebastian es aniquilado por la célula criminal. Tampoco lo que más no interesa, si Alicia sobrevive (o no) y, feliz, como perdices junto a Devlin. 

Crítica de Encadenados (1946), película de Alfred Hitchcock

Encadenados (1946) es una interesante interpretación del título original de la cinta, Notorious. Ambos sirven como prólogo de lo que está por contarse en la historia. Por un lado, la denominación inglesa refiere a una identidad famosa, pero también describe algo que siempre está presente, que se hace “notar”. Su contrapartida española, por su parte, refiere tanto a la cruel existencia que tienen que llevar ambos protagonistas por su ética laboral, como a  la estrecha relación que une a los dos personajes, inseparables. 

Hitchcock hace gala en esta cinta de su buena mano con el suspense. Una maestría presente particularmente en las escenas de la fiesta. La gala empieza con un excelente dolly in desde un gran plano general tomado desde el piso superior, hasta la mano de Alicia, que sostiene, oculta en su palma, la llave de la bodega. Y termina los sucesos acontecidos en la celebración con un plano perfectamente centrado (de un estilo que más tarde pasó a definir a Kubrick) con ambos besándose en la terraza. Eso sí, y ahí está la sutileza del matiz ofrecido por el bueno de Alfred, utilizando el plano a modo de punto de vista de Alex Sebastian. 

Pero todavía podemos hablar mucho más sobre la secuencia de la fiesta. Y es que el metraje intermedio no se queda atrás. Está plagado de tomas de las botellas y copas de champán que al más puro estilo hitchconiano, inducen a un ansioso estado de incertidumbre cada vez más alto. “El suspense es cuando el espectador sabe más que los personajes de la película”t solía decir el director. Pues bien, Notorious es uno de los mejores ejemplos de tal statement. No podemos dejar de hablar de las escenas de espirituoso sin mencionar antes los interesantes contrapicados de las copas llenándose ante el mayordomo. Pura magia. 

Se relaciona esto con la obsesión del director con los planos detalle que están ahí, precisamente, valga la redundancia, para ayudarnos a no perder detalle. Ejemplo de ello son el enfriador de botellas, la llave, la cerradura y, llegando al final del largometraje, las tazas de café envenenadas. Llegan estas últimas a hacerse con el control completo de las escenas en que hacen su aparición. En ocasiones habitan incluso el centro de cada plano, como un inmencionable elefante en la habitación. Son planos que provocan el deseo de gritar a la pantalla para echar un cable a la pobre y desvalida Alicia. 

Ya que hablamos de planos interesantes, el clásico efecto sandwich hitchcockiano (personaje + punto de vista + reacción del personaje) está presente en varios momentos del film. Pero se hace más poderoso cuanto más avanza la trama. Arriba así un momento en que este “bocata audiovisual” alcanza el éxtasis visual, justo cuando Alicia se da cuenta del envenenamiento que está sufriendo por parte de su marido y su suegra. Vemos a Ingrid Bergman.caer en la cuenta al contemplar su taza de café. Después dirige la vista  a su marido (zoom in), de seguido mira también a su suegra (otro zoom in) y más tarde responde, mediante una magnífica labor actoral, a esta revelación. Sin duda una estupenda reacción en cadena de puntos de vista que solo este director puede gestionar con tanta elegancia y sutileza. 

Llegado el final, la montaña rusa de emociones termina. Devlin, (ya era hora), confiesa que profesa un amor puro y honesto hacia Alicia. Por fin se puede respirar con tranquilidad, e inclusive tararear “So this is love” al compás del latido de dos corazones enamorados. Todo correcto.

En Notorious, más allá de todo el suspense, Hitchcock propone una moraleja romántica. Una historia de amor cuyo final termina donde lo hace el espionaje pero que deja un buen sabor de boca, lleno de esperanza.